Una de las mejoras medioambientales y avances en el proceso de descarbonización de la movilidad industrial ha sido el fomento del uso de combustibles derivados del GN en sus variantes Licuado y Comprimido.
Para que el uso de vehículos adaptados a dichos carburantes pudiera ser competitivo y sostenible, fueron necesarios esfuerzos técnico- económicos tanto por parte de los fabricantes como de los usuarios que en el fondo eran los que tenían que asumir inversiones en el entorno del 30% superior por cada unidad movida por GNL.
La Administración consciente de la mejora que suponía para el medioambiente el uso de éste tipo de vehículos, ayudó a la inversión en los mismos a través de subvenciones a la compra del material y con rebajas importantes en la imposición al consumo del GN por parte de la flotas.